¿Los eléctricos son potentes?

Como cualquier otro coche, un eléctrico puede ser más o menos potente según su motor. Sin embargo, una cosa que diferencia a un modelo enchufable de uno de combustión es su capacidad de aceleración. Un eléctrico impresiona al primer toque de acelerador por su gran agilidad.

Nada más pisar el acelerador de un coche eléctrico su capacidad de respuesta será inmediata. Esta es una de las características a las que tendrás que acostumbrarte si conduces por primera vez un vehículo enchufable. Esto es así porque, al contrario de lo que pasa con un automóvil de combustión, su par motor máximo está disponible desde cero revoluciones.

Para entender esta singularidad hay que distinguir la diferencia entre par motor y potencia. El par motor es la fuerza de giro del motor y se mide en Newton/metros (Nm). Normalmente en los coches de combustión la entrega de par es progresiva y los de gasolina no cogen fuerza hasta que llegan a un determinado número de revoluciones. Por eso, muchas veces a los coches con motor térmico se les equipa con turbo. Por su parte, la potencia es el par motor multiplicado por la velocidad de giro del motor. Se puede medir en caballos (CV) o en kilovatios (kW), pero es más técnico utilizar el segundo.

Para proporcionar la misma capacidad de aceleración, un motor eléctrico necesita menos potencia que uno de combustión. Así es porque la potencia de un motor eléctrico no depende solo del propio motor sino también de la fuente de electricidad con la que se alimenta, es decir, de la batería y del regulador. Ambos determinan la potencia del motor y también su autonomía.

Por ello, en función de la batería que equipa el vehículo, un mismo motor eléctrico podrá ofrecer diferentes cifras de potencia.

Además, un coche enchufable puede tener uno, dos, tres o hasta cuatro motores. Pueden estar instalados en los ejes, en las ruedas o, incluso, debajo del piso del habitáculo.

Ya decimos que una de las claves de un coche eléctrico está en su agilidad desde el primer toque del acelerador, una característica que se nota especialmente en su utilización urbana. Entonces podemos tener en cuenta que:

• Un eléctrico arranca con más fuerza, porque su par está disponible desde cero.
• El eléctrico entrega la potencia de forma inmediata. Los coches de combustión lo hacen progresivamente. Como cada vez que levantas el pie del acelerador o frenas la energía se recupera, cuando vuelves a acelerar la respuesta será instantánea, vaya al régimen al que vaya el motor, lo que hace de él un coche muy ágil.
• El enchufable disfruta de una potencia constante lo que le hace más ágil en uso urbano. Un modelo de combustión entrega la máxima potencia en la zona más alta del revoluciones.
• A igualdad de potencia, un eléctrico ofrecerá una mejor aceleración de 0 a 100 km/h que un modelo de combustión equivalente.

Los coches eléctricos disponen de una tecnología muy simple, son menos proclives a averiarse porque tienen muchas menos piezas que un vehículo de combustión:

• No necesitan caja de cambios ni embargue porque sus motores son muy progresivos.
• Su motor se alimenta con la energía de las baterías que deben enchufarse a la red eléctrica.
• Reconvierte parte de la energía que consume gracias a la frenada regenerativa.

Un automóvil eléctrico se conduce casi igual que uno convencional. Como ya te hemos contado, no dispone de palanca de cambio ni de embrague, así que en eso se parece a un coche automático.

Del mismo modo notarás cambios en la respuesta del acelerador y también en la forma de retener el vehículo cuando está recargando energía.

Pero en realidad, lo único que tienes que hacer para conducir un coche enchufable es dejarte llevar y disfrutar de su agilidad y su silencio. Si tienes dudas, infórmate en la Electroescuela de Hyundai, donde te contarán todos los trucos para sacarle el máximo partido a tu eléctrico.